El Instituto O’Higginiano respondió al Ejército que respalda decididamente la idea de levantar la construcción junto al castaño de la hacienda Las Canteras.
Al Instituto O’Higginiano de Chile “le parece de la más absoluta legitimidad y como una obligación de agradecimiento ciudadano, reconstruir la casa de O’Higgins en este lugar histórico (ex hacienda Las Canteras)”. Así de explícito fue su presidente, al enviar una carta al general de División, Juan Miguel Fuente-Alba Poblete, jefe del Estado Mayor General del Ejército, en el marco de la propuesta de la provincia de Bío Bío para realzar la memoria de su principal vecino en la historia patria. 
Como lo asegura , esto debe concretarse “en los términos planteados en el proyecto que usted me da a conocer. La idea no hace otra cosa que seguir el ejemplo plausible del mismo procedimiento seguido con la casa en que nació otro héroe nacional, don Arturo Prat Chacón, reconstruida y mantenida a cargo de la Armada de Chile” en la localidad de Ninhue. 
La carta está fechada recién el pasado 12 de mayo y hace mención a otra misiva, del 8 de abril, en la cual el general le informa al Instituto que la Angelina Marcela Rosen Carvajal, consejera del Consejo de la Cultura y las Artes del Bío Bío, hizo llegar al comandante en Jefe del Ejército, copia del Proyecto tentativo de gestión destinado a reconstruir la "Casa de O’Higgins" y el Centro Cultural Las Canteras de Quilleco, solicitando, en el contexto del Bicentenario de la Independencia de Chile, el patrocinio del Ejército para llevar a adelante esta iniciativa. 
La presentación del general Juan Miguel Fuente-Alba apunta a consultar al Instituto O’Higginiano sobre la pertinencia de ese proyecto, diciendo que “usted me señala que nos agradecerá estudiar los antecedentes que nos acompaña y emitir nuestra opinión a este planteamiento, en especial respecto a la argumentación y validez histórica que en ellos se refieren”. 
NOTABLE RESPALDO 
El presidente expresa su respaldo absoluto, comentando que “el Instituto ha representado, desde hace muchos años, a distintas autoridades del país, la conveniencia de reconstruir la Casa de O’Higgins, que originalmente existió como casa patronal en la Hacienda Las Canteras y en los terrenos que ahora pertenecen a esta Corporación. Este interés se ha fundado siempre en los objetivos esenciales del Instituto O'Higginiano y que consisten en la difusión de los valores y la preservación de la memoria histórica sobre la figura del Padre de Patria”. 
Acota que “en la ciudad de Lima, se ha logrado, en un sector de la casa en que el Prócer vivió hasta su muerte, la instalación de un Museo O'Higginiano. En Santiago de Chile, el Prócer vivió, como se sabe, en la casa en que funcionaba también la Jefatura del Estado. Y sólo existen referencias de una casa que le perteneció, en la Alameda, en las cercanías de la Iglesia de San Francisco. También se recuerda que don Bernardo habitó una casa construida entonces en un área rural de Santiago, ubicada en lo que es actualmente avenida Matta, entre San Diego y San Francisco, aproximadamente, y que se conoce como ‘El Conventillo’ por existir allí un pequeño convento. No hay respecto de estas propiedades mayores informaciones”. 

EN CANTERAS 
En cambio, asegura, “la casa que el prócer construyó en la hacienda Las Canteras tiene una ubicación que está claramente determinada y que corresponde a los terrenos que se ubican en la comuna de Quilleco, provincia del Bío Bío, de propiedad de este Instituto”. 
Añade que “debe tenerse presente que O’Higgins entregó, primero, parte de su fortuna y patrimonio al financiamiento de la Independencia y que esos recursos nunca le fueron devueltos, a pesar de su reclamo. Su sacrificio económico implicó finalmente la destrucción de su casa por los realistas y la pérdida total del ganado y siembras de la enorme hacienda de Las Canteras, cuya venta sólo sirvió para pagar a los acreedores de don Bernardo”. 
Indica que “parece del todo razonable que reconocimiento al Padre de la Patria Chilena, que declaró la Independencia de nuestro país, que creó la nacionalidad chilena, que dio origen y forma a la ciudadanía y que organizó la República, construyendo definitivamente nuestras bases republicanas, deba ser el objeto principal en nuestras preocupaciones de recordación histórica cuando nos aproximamos a la celebración de nuestro Bicentenario y que tan bien se expresa en este proyecto”. 
Finalmente, expresa al general Fuente-Alba que “este Instituto comparte en plenitud la globalidad del proyecto, haciéndole presente que no sólo le confiere su patrocinio, sino que además está dispuesto, a destinar los terrenos de su propiedad para ejecutar el proyecto precisado”. 

EL PROYECTO 
Los Ángeles hizo ya gestos de reconocimiento a nuestro “vecino más distinguido”. En 1989, se dio su nombre a la plaza de Armas, conocida como plaza Brasil. Ese mismo año, coincidiendo con la celebración de los 250 años de la fundación de la ciudad, se recuperó el edificio donde funcionó la municipalidad, transformándolo en el centro cultural “Libertador Bernardo O’Higgins”. Los años 2000 y 2001, se remodeló la plaza de Armas, instalando una estatua que lo recuerda como militar. El proyecto incluía un conjunto escultórico en el centro, con O’Higgins vestido de agricultor, conversando con una mujer mapuche y un campesino. Este homenaje no se ha concretado. 
Hace más de una década, comenzaba a fructificar la idea de un grupo de amantes de la cultura, que propusieron, en conjunto con la filial Bío Bío del Instituto O’Higginiano, un proyecto denominado “Reconstrucción casa del Libertador Bernardo O’ Higgins en las Canteras”. 
Recibió financiamiento su primera etapa en 1998, por parte del Fondart, para el estudio de viabilidad. Contó con la ayuda académica y administrativa del Campus de los ángeles de la Universidad de Concepción y el apoyo del Ejército de Chile. Además, tuvo el apoyo de la propuesta arquitectónica de Osvaldo Cáceres, arquitecto y actual consejero consultivo del ministerio de Cultura; la sustentación histórica del historiador Tulio González; y el estudio arqueológico por parte del arqueólogo y sociólogo Fernando Brousse. 
Se consiguió elaborar una propuesta concreta para construir una edificación digna, con sustentación técnica e histórica, que pudiese servir para albergar un museo en memoria del libertador, que de paso muestre la historia de la frontera con toda su diversidad cultural. 

DATOS TECNICOS 
Esa primera etapa definió varios resultados: especificó que lugar donde estaba ubicada la casa patronal, en la intersección de los caminos que unen Los Angeles y Antuco y el que lleva a Tucapel. Allí, visiblemente, sólo se aprecia el legendario castaño, que plantó el Libertador; y un busto que le recuerda. 
El proyecto implica construir una casa de tipología colonial, similar a las de aquella época, lo más parecido a la casa original, de la cual no quedan vestigios. De unos 70 metros de largo de sur a norte, con corredores, que albergaran salas de museo y sala de exposición, entre otros lugares apropiados para realzar la vida y obra de tan ilustre vecino biobense, generando de paso un polo turístico. 
El representante del Instituto O’Higginiano, filial Bío Bío, profesor y magíster en Educación, Alejandro Mege Valdebenito, señaló que hay disposición a reimpulsar la iniciativa, para lo cual también se está coordinando un trabajo sobre un protocolo de acuerdo de mutua colaboración con el centro Cultural “Las Canteras de O’Higgins”. 

AGRICULTOR SOBRESALIENTE 
O’Higgins ocupa uno de los sitiales más gloriosos de nuestra historia patria. Sin embargo, es menos conocido que él vivió aquí, como vecino de esta zona. Fue el primer alcalde republicano de Los Ángeles y primer diputado de la Isla de la Laja ante el Primer Congreso Nacional. Aquí formó el primer regimiento de milicias para defender la naciente república. Pero junto con ello, fue un agricultor avanzado y admirado, precursor en el rubro, con sus conocimientos modernos traídos desde Europa. 
Llegó a Los Ángeles en 1803 -tras heredar de su padre, Ambrosio O’Higgins, ex maestre de campo en este territorio y luego virrey del Perú- la hacienda las Canteras, de una extensión de 16.699 cuadras, con más de 4.000 vacunos, 530 caballos, cientos de terneros y reses alzadas. Realizó actividad vitivinícola, inició actividades lecheras, y consiguió una enorme producción de charqui, cebo, grasa, cueros, trigo, cebada y harina, entre otras. 
Se ocupó de su heredad con esmero. Se sentía fuertemente ligado al campo. La agricultura pasaba a ser su ocupación principal y su medio de subsistencia en ese entonces. En 1805 escribió: “la vocación a que me siento inclinado es a la de agricultor”. En una carta dirigida a Juan Mackenna, fechada en Canteras, el 5 de enero de 1811, cinco días antes de ser elegido diputado por Los Ángeles, le dice que “hubiera podido llegar a ser un buen campesino y un ciudadano útil… si me hubiera tocado en suerte nacer en Gran Bretaña o Irlanda, habría vivido y muerto en el campo...Pero he respirado por primera vez en Chile y no puedo olvidar lo que debo a mi Patria”. 
Desde estas tierras tuvo la visión que la riqueza de chile estaría en su tierra, en sus campos, en la agricultura, pues dio a conocer en una carta a San Martín que “no queda otro recurso que buscar la subsistencia en los campos de Chile”. 
Fue en 1813, estando al servicio de la causa patriótica, fuera de su hacienda de las Canteras -donde habitaban su madre Isabel Riquelme y su hermana Rosa- que las tropas realistas se apoderaron de sus ganados e incendiaron las casas y bodegas, robando animales y arrasando ese hermoso lugar donde el joven Bernardo vislumbró el próspero futuro de la hacienda, de su patrimonio y, paralelamente, de nuestro país liberado. 
Tras su abdicación al cargo de Director Supremo, para evitar una guerra civil, en 1823 Bernardo partió al exilio al Perú. Nunca más volvió. La muerte lo encontró en esas lejanas tierras en 1842, lejos de Bío Bío.
Fuente: Diario La Tribuna

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